sábado, 28 de mayo de 2011

Leonardo da Vinci


Leonardo da Vinci, es un genio mundialmente conocido y son conocidas también sus principales obras. Algunos de los detalles de su vida, ya no lo son tanto, como que Leonardo da Vinci no comía carne porque amaba a los animales, que no podía soportar ver pájaros enjaulados, o que, no solo era ambidiestro, sino que podía escribir simultáneamente con ambas manos. Se dice que Da Vinci dibujaba con la mano derecha mientras escribía con la izquierda. También tenía, como si todo lo demás no fuera suficiente, el don de escribir hacia atrás, de tal modo que sólo se podían interpretar sus escritos reflejándolos en un espejo. La famosa “escritura especular de Leonardo” fue practicada por el genio italiano para proteger sus investigaciones de los prejuicios de la época. Leonardo da Vinci es el artista, el compendio, la cumbre, el genio... ya que, ciertamente, nadie como él sintió el ansia de saber ni tuvo sus inquietudes, ni abrió y recorrió tantos caminos.
Aquí vamos a hablar de los caballos de Leonardo, de aquella pasión que sufrió por la raza equina desde sus años jóvenes y sobre todo a partir del monumento de Francesco Sforza...
La primera vez que Leonardo se enfrentó artísticamente con un caballo fue en marzo de 1481 al recibir un encargo de los monjes de San Donato para que pintara La Adoración de los Magos y se planteó la perspectiva del fondo. Porque ahí aparecen sus primeros caballos, incluso su preocupación por los diversos movimientos de este animal. Como puede verse en cualquier reproducción de la obra, son unos caballos violentos e indómitos
Cuando fue a trabajar a Milán para Ludovico Sforza en su carta de presentación incluía este párrafo:
"También podrá realizarse el caballo de bronce, que será gloria inmortal y eterno horno de la feliz memoria del Señor vuestro padre y de la ínclita casa de Sforza".
Sus primeros dibujos analizaban de manera minuciosa las formas anatómicas del animal, y estudiaba el movimiento del encabritamiento.
La idea de hacer un caballo alzado sobre sus patas posteriores era técnicamente muy ambiciosa: hasta ese momento, nadie había podido construir una estatua en esa posición, ya que creaba varios problemas por la inhabitual distribución del peso. Otra dificultad la constituía la cantidad de material que debía fundirse: el monumento, en efecto, debía alcanzar la considerable altura de 7 metros y 64 centímetros.
Pero los problemas técnicos que afrontó evidentemente debieron de ser insuperables en la época y la obstinación con que Leonardo persiguió su imposible proyecto estuvo a punto de hacerle perder el encargo. Ludovico, en efecto, cuando en 1489 se dio cuenta de que la obra aún estaba en sus primeros esbozos, se dirigió a Lorenzo de Médicis para pedirle que le mandara uno o dos maestros adecuados para la ejecución de la estatua, ya que dejó de confiar en que Leonardo la pudiera realizar.
Viendo esto, Leonardo tuvo que abandonar la idea del caballo encabritado y replegarse a la más clásica del caballo "al paso". Lo cual le obligó a estudiar de nuevo y, desde el principio, la anatomía del cuadrúpedo y todos las posibilidades de su musculatura.
Desgraciadamente Leonardo no pudo fundir el caballo, lo que sí hizo fue un molde de arcilla enorme, a tamaño real, de la estatua para que el duque Sforza pudiera hacerse una idea de la obra que proyectaba. Según Vasari: “Todos los que vieron el gran modelo de barro aseguraron que era la más excelente y magnífica obra que habían visto nunca”.
Poco tiempo después Milán entro en guerra con Francia y para poder hacer cañones y munición se fundió todo el bronce reservado para la obra, y los franceses, al entrar en la ciudad, destruyeron el molde de arcilla, perdiéndose una de las obras maestras de la escultura del Renacimiento.
Para la realización de su obra, Leonardo fue escribiendo, de forma detallada, tal como solía hacer con toda su obra e inventos, las instrucciones pormenorizadas de cómo construir la estatua:
“Tres refuerzos que sujetan el molde. Si desea hacer moldes sencillos rápidamente, hágalos en una caja de arena de río humedecida con vinagre.
Una vez hecho el molde sobre el caballo, deberá hacer el grosor del metal con arcilla.
Estas piezas pertenecen al molde de la cabeza y el cuello del caballo, junto con su armazón y sus hierros (…) El hocico tendrá una pieza, sujetada a ambos lados con dos piezas que corresponderán a la parte superior de las mejillas. Por debajo se sujetara al molde de la frente y al molde de debajo de la garganta. El cuello debe formarse con tres piezas: dos a los dos lados y una delante, tal como se muestra arriba
En la imagen superior podemos ver El “Caballo de Leonardo Da Vinci”. Fue creado por el escultor Nina Akamu y fundido en bronce por Tallix Art Foundry, aunque, parece ser, que no con las técnicas descritas por Leonardo. Se estrenó en Milán en 1999. Sin embargo Andrea Bernardoni, especialista italiano coordinó un grupo de expertos de Florencia que con sofisticadas técnicas de simulación usadas hoy para las grandes fundiciones, ha tratado de conjugarlas con las instrucciones que Da Vinci escribió.
Según lo descubierto por los investigadores italianos, el artista florentino estudió en detalle la anatomía de los caballos y después describió el método para utilizar en breves tiempos grandes cantidades de bronce fundido, la manera de distribuirlo de forma homogénea en un molde, así como las máquinas que se emplearían para mover y unir la pesada obra.
Toda la información que los expertos encontraron en el Códice Madrid II, en el Códice Atlántico y en otros documentos, les sirvió para descubrir que Da Vinci ingenió un complejo sistema a base de sensores pirotécnicos que permiten que el bronce fundido llegue a todos los rincones del molde en la cantidad que se desea.
Ahora los investigadores italianos quieren hacer realidad el proyecto del artista, que quedó bloqueado en 1499, para la Exposición Universal que se inaugurará en Milán en 2015

2 comentarios:

  1. Muy original el enfoque del blog de hablarnos de grandes personajes históricos a través del caballo. Gran trabajo.

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