miércoles, 30 de marzo de 2011

Aquiles

Después de "Pegaso", el caballo de los dioses, y el más famoso de la mitología griega, podemos hablar de "los caballos de la Ilíada", ya que sin ellos no se concibe la obra de Homero, ni la guerra de Troya. Homero, dedica hermosos y extensos pasajes para describir la genealogía de algunos caballos que aparecen en la obra.

Por otro lado, la misma ciudad de Troya lleva unido a su nombre el de “criadora de caballos” y a Héctor, el guerrero más valiente y famoso de Troya, el sobrenombre de “domador de caballos”. Y es popularmente conocido el “caballo de Troya”, artífice de la destrucción de la poderosa ciudad.

Son tan importantes los caballos para Homero, que incluso hace que los caballos de Aquiles, al menos uno, Janto, hable a su dueño.

"Janto" junto con "Balio" formaban la pareja de "caballos inmortales" que "Peleo" recibió al casarse con la nereida Tetis, de cuya unión nació Aquiles. La yegua que los parió se llamaba "Podarga" y su padre era Céfiro el dios-viento. Se asegura que "Janto" era de origen divino e inmortal. Era un caballo negro y de pura sangre persa, que tenía tres años y estaba dotado de patas especialmente vigorosas que le capacitaban para correr a mayor velocidad que la mayor parte de sus congéneres. Por su parte, "Balio" era de color blanco e igualmente rápido. Esta rapidez de ambos era lo que impedía que Aquiles pudiera uncir a su carro otros dos caballos, lo que era habitual entre los griegos.

Homero relata que Aquiles reprochó a ambos corceles que hubieran sido incapaces de evitar la muerte de Patroclo, su querido primo que lo acompañó a la guerra, a manos de Héctor. Y fue a estos caballos a los que Aquiles ató el cuerpo de Héctor para injuriarlo en muerte, tras matarlo en combate.

Aquiles, fue un héroe de la Guerra de Troya, uno de los principales protagonistas y el más grande de los guerreros de la Ilíada. En la célebre obra homérica, Aquiles suele ser calificado como «el de los pies ligeros», ya que se le consideraba el más veloz de los hombres. La leyenda afirma que Aquiles era invulnerable en todo su cuerpo salvo en su talón, lugar por donde su madre lo asió cuando lo bañó en las aguas de la laguna Estigia que lo hizo inmortal, pero el talón no llegó a mojarse. Estas leyendas sostienen que Aquiles murió en batalla al ser alcanzado por una flecha envenenada que le atravesó el talón, de donde la expresión"talón de Aquiles" ha llegado a aludir a la única debilidad de una persona.

Peleo, el padre de Aquiles y rey de los mirmidones, buscó a los mejores maestros para que educaran a su hijo y lo hicieran el más valiente y mejor guerrero de Grecia, a la vez que iba desarrollando un alma sensible y educada.

Cuando los griegos partieron hacia la Guerra de Troya, Aquiles partió con ellos y su padre, Peleo le regaló los famosos caballos Janto y Balio y su madre, la diosa Tetis le regaló una prodigiosa armadura fabricada por el mismísimo dios Hefesto. Aunque, visto su final, le sirvieron más bien de poco.

La Ilíada es toda ella como un canto al caballo y una de las mejores fuentes para conocer el protagonismo de este hermoso animal en la Historia y la leyenda.

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