Caballo de bronce dinastía Han
En tiempos de la dinastía Han, en China, todavía no se había introducido el budismo. Para las creencias existentes era importante colocar objetos en las tumbas de los difuntos que le ayudaran en su vida en el Más Allá. Estos objetos en miniatura, generalmente, reproducían las posesiones del difunto: su casa, el corral, los animales domésticos, los criados favoritos y un surtido de objetos de uso cotidiano, Se llamaban Ming-Qi, y solían estar realizados en cerámica vidriada y pintados con vivos colores. Gracias a estos objetos encontrados en las tumbas Han podemos conocer la forma de vida y costumbres de los habitantes de la antigua China.
En la tumba de Wu – Wei, fechada a finales de la dinastía Han, se encontró el caballo volador. Es una talla en bronce que mide 35cm de altura y 45cm de longitud. Representa el movimiento elegante del animal que sólo apoya una pata en el suelo, pero en este caso la pata está apoyada sobre una golondrina.
Estos caballos “voladores”, eran originarios del valle de Fergana, en Asia Central. El deseo de conseguir estos famosos y veloces caballos por parte de los emperadores chinos, hizo que la seda se utilizara como moneda de cambio para lograrlos. Esto supuso que este novedoso tejido fuera conocido en occidente y, el deseo de conseguirlo, fue el inicio de la no menos famosa Ruta de la Seda.
En torno a estos caballos surgió una cultura y, a su vez, el invento de numerosos objetos relacionados con ellos, como el estribo.
El estribo hacía más fácil subir al caballo y era un punto de apoyo para poder dirigir mejor al animal, además un arquero podría disparar desde el caballo mucho mejor si disponía de este punto de apoyo para sus pies.
Desde China el uso del estribo se generalizó por todo el mundo y se han ido inventando modelos de estribo respondiendo a las necesidades de los jinetes. En Grecia se utiliza un estribo que lleva incorporada la espuela; el estribo vaquero protege el pie; un tipo de estribo árabe termina en punta, utilizándose ésta como espuela.
Aquí en España, y como curiosidad, podemos decir que Quevedo, el famoso literato, tenía una enorme afición a los caballos y usaba espuelas de oro. Cuando murió fue enterrado en Villanueva de los Infantes y amortajado con sus espuelas. Al día siguiente fue abierta su tumba, y las espuelas fueron robadas.
Como consecuencia del estribo chino, surgió el tacón en el calzado, usado hoy tan profusamente. El origen de este invento se lo debemos a los hombres de a caballo que lo introdujeron en su calzado para que el pie no resbalara en el estribo.
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