Fotografía de "El País"
Ayer se celebraron en
Andalucía elecciones para elegir a los representantes de los ciudadanos, de
donde saldrá el nuevo presidente de la Junta de Andalucía.
Todos los sondeos
auguraban una victoria sin paragón del Partido Popular de centro-derecha y una derrota
del PSOE, de centro-izquierda, tal como había sucedido en las elecciones
generales españolas celebradas hacía apenas tres meses. La victoria del PP, si
se produjo, sin embargo, no fue en la medida que se esperaba, y la derrota del
PSOE no fue tan catastrófica, pues solo se quedaron a un punto del partido
vencedor. Esto, unido a que ninguno llegaba a la mayoría absoluta y que el
tercer partido en liza es un partido de izquierdas, IU (Izquierda Unida), hace pensar que el próximo gobierno de la comunidad andaluza sea
coalición de izquierdas.
En la noche del
domingo 25 de marzo, el candidato del partido vencedor, el señor Javier Arenas,
salió a saludar a sus partidarios desde el balcón de la sede de su partido sita en la calle San
Fernando de Sevilla. Iba acompañado de varios ministros del gobierno de la
nación que lo arropaban y vitoreaban, sin embargo, aunque las palabras y la
cara del vencedor sonaban a victoria, en sus ojos se reflejaba la decepción y
el fracaso y es que esta era la cuarta vez que se presentaba a las elecciones autonómicas, para el cargo de presidente y, ahora que estaba a punto de
tocar el cielo, tampoco parece que lo va a conseguir.
Andalucía tiene un
electorado mayoritariamente de izquierdas y el señor Arenas representa con su
imagen una derecha que en muchos lugares de Andalucía recuerda aún al “señorito”.
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