Tatanka Yotaka, en realidad “Búffalo que
se sienta” y no Toro Sentado, nació en torno al 1834 en la región del Gran Río,
hoy Dakota del Sur, convirtiéndose en jefe a la edad de treinta y tres años. Era un Sioux Hunkpapa, una línea Sioux,
nómada y belicosa.
Desde joven ganó fama por sus gestas, lo cual lo
convirtió en uno de los más importantes líderes sioux. Siempre fue un firme
defensor de las antiguas costumbres, hecho que se acrecentó durante la
lucha de su pueblo contra la invasión estadounidense. Por ello siempre fue
respetado por los indígenas
por su coraje y sabiduría y desde 1867, en que se convirtió en jefe de los
siux, lideró en la resistencia a los intentos del gobierno de Estados Unidos de
anexionar sus tierras.
Toro Sentado siempre manifestó una clara
oposición a ceder parte de sus tierras a los blancos y aún más a vivir en
reservas, pero a mediados de los años setenta aceptó llegar a un acuerdo que
mantuviera en manos de los sioux, al menos, las denominadas Colinas Negras, un territorio sagrado
donde reposaban los restos de los antepasados. La paz iba a durar poco, ya que se
descubrió
oro en dichas Colinas Negras, las cuales se encontraban en el centro del territorio sioux.
Esto atrajo a un sin número de buscadores, lo que unido a las continuas
incursiones sioux contra otras tribus o contra los constructores del
ferrocarril, movió al gobierno de Estados Unidos a realizar una operación de
castigo en 1876. En esta situación, Toro Sentado dio muestras de ser un
verdadero líder y consiguió la alianza de varios jefes sioux y cheyenes, como
Caballo Loco, Agalla y Águila Moteada.
Indios sioux a finales del siglo XIX |
Los indios se encontraban reunidos en un gigantesco
campamento en Little Big Horn. Toro Sentado, jefe de guerra y jefe espiritual,
tuvo una visión en la que vio a los soldados blancos vencidos en el
enfrentamiento que se avecinaba. Cuando fueron atacados una semana después por
el Séptimo Regimiento de Caballería del general Custer, Toro Sentado encabezó
la respuesta con un ejército de más de 3000 indios. Se dice que respondieron
con tanta energía como ferocidad que consiguieron aniquilar a todo el
regimiento.
En términos militares, la derrota tuvo poca importancia pero se utilizó como
excelente arma política para justificar una guerra total contra los sioux. Por
aquel entonces Toro Sentado contaba unos 45 años, era aún un hombre alto y
vigoroso, de poderosa cabeza, nariz aguileña y con marcas de viruela. Sus
movimientos eran lentos y ceremoniosos y cojeaba del pie izquierdo debido a una
antigua herida
Tatanka Yotaka
|
Contra lo que suele afirmarse, Toro Sentado no habría participado en la batalla pero, perseguido por las tropas de Estados Unidos, meses después de la victoria, él y su tribu, fueron obligados por el ejército norteamericano a abandonar los Estados y a huir hasta el Canadá donde el gobierno de la reina Victoria les ofreció refugio. Se instalaron en la región montañosa de Saskatchewan, en la que permanecieron hasta el 19 de julio de 1881, cuando el hambre y el frío forzaron a Toro Sentado, a su familia, y a cerca de 200 Sioux a regresar a los Estados Unidos. Regresó a la reserva pero no tardó en manifestarse contrario a los colonos que con argucias estaban comprando tierras a los indios. Para evitar un levantamiento, las autoridades de la reserva propiciaron la salida de Toro Sentado para que participara en el espectáculo del 'Salvaje Oeste' de Búffalo Bill, con el que recorrió el país, ganando 50 dólares por semana. Toro Sentado permaneció en el espectáculo durante cuatro meses antes de regresar a la reserva. Durante ese tiempo, el público comenzó a considerarlo como una celebridad y un romántico guerrero. Ganó una pequeña fortuna autografiando fotografías, aunque a menudo dio su dinero a los indios sin hogar y mendigos.
La incorporación al espectáculo de Búffalo Bill se trató de una solución momentánea porque en 1889 Toro Sentado volvió a la reserva. No pudo hacerlo en un peor momento, pues un falso profeta llamado Wovoka enardecía por esas fechas los ánimos de los sioux afirmando que Jesús se le había aparecido y que no tenía la piel blanca sino cobriza. Para lograr su ayuda y conseguir la resurrección de todos los sioux muertos bastaría con que todos bailaran la Danza de los Espíritus. Toro Sentado se oponía a Wovoka y como las autoridades de la reserva conocían el prestigio del jefe sioux, decidieron evitar la posibilidad de que provocara una sublevación.
Tatanka Yotaka |
La mañana del 15 de diciembre de 1890 una fuerza de cuarenta policías indígenas se dirigió hacia la cabaña de Toro Sentado con la intención de detenerlo. Lo sacaron de su vivienda, desnudo y a empujones, y le ordenaron que los siguiera. Toro Sentado se mostró dispuesto a acompañarlos pero pidió llevar consigo algunos enseres, una petición a la que accedieron los agentes. Él comenzó a recoger todo lentamente para que un número considerable de indígenas se fuera acercando hasta el lugar y rodeara a los policías. Parece ser que lo que sucedió a continuación fue un altercado que se convirtió en una verdadera batalla, al término del cual había catorce muertos, de los que seis eran agentes de la policía indígena y por supuesto, el propio Toro Sentado .
Toro Sentado pasó su vida defendiendo la cultura indígena que la que, en breves pinceladas, podemos destacar sus creencias sobre:
§
La
Muerte: La actitud
del Indio hacia la muerte era enteramente compatible con su carácter y
filosofía. Él indio no temía la muerte; la encaraba con perfecta calma, buscando
sólo un fin honorable como último regalo para su familia y sus descendientes.
Morir con dignidad enaltecía a la persona y a la familia. Por otro lado,
consideraría una desgracia ser asesinado en una reyerta particular. Si uno se
estaba muriendo en casa, era costumbre llevar su cama al exterior conforme se
acerca el fin, para que su espíritu pudiera marcharse bajo el cielo abierto. Muchos
indios creían que uno podía nacer más de una vez, y había algunos que afirmaban
tener pleno conocimiento de una encarnación pasada.
§ La
Medicina: No cabe duda
que el Indio consideraba la medicina algo muy cercano a las cosas
espirituales. Sus médicos, eran muy hábiles. Utilizaban únicamente
cortezas, raíces y hojas curativas con cuyas propiedades estaban familiarizados,
usándolas en forma de destilación o té y siempre individualmente. El baño de
estómago fue uno de sus valiosos descubrimientos, y el baño de vapor se usaba
con frecuencia. El indio podía reparar un hueso roto con bastante éxito, pero
nunca practicaba la cirugía. Además, el curandero poseía una autoridad psicológica,
por lo que a menudo buscaba restablecer el equilibrio de su paciente mediante
su influencia. La palabra Sioux para el arte de curar es “wapiya”, que
literalmente significa “reajustar” o “renovar”. Es importante recordar que,
antiguamente, el curandero no recibía pago alguno por sus servicios, que por
naturaleza eran una función o un cargo honorable.
§ El
Matrimonio: No había una
ceremonia religiosa ligada al matrimonio, aunque por otro lado la relación
entre un hombre y una mujer era considerada misteriosa y sagrada. Se creía que
dos que se aman deben unirse en secreto antes del reconocimiento público de su
unión. Era costumbre que la joven pareja desapareciera en la espesura, pasando
ahí algunos días o semanas en soledad, regresando después al campamento como
marido y mujer. Por lo general, a esto seguía un intercambio de regalos y
entretenimientos entre las dos familias.
§ La Mujer: En ellas perpetuaban la pureza
de sangre. Por ello, la esposa no tomaba el nombre de su marido ni
entraba en su clan. Los hijos pertenecían al clan de la madre. Ella
guardaba todas las propiedades de la familia, la descendencia se marcaba en la
línea materna, y el honor de la casa estaba en sus manos. La mujer debía ser
modesta; de ahí que las mujeres jóvenes eran silenciosas y retraídas. Pero la
mujer que alcanzaba la madurez y sabiduría, o que hubiera mostrado una valentía
notable en alguna emergencia, a veces era invitada a ser parte del consejo.
§ Los
Nombres: Los nombres
Indios eran apodos característicos otorgados; o eran nombres de hazañas o
de nacimiento; o bien tenían significado religioso y simbólico. Se ha dicho que
cuando nacía un niño, algún accidente o aspecto inusual determinaba su nombre.
Un hombre de carácter vigoroso, con buenos antecedentes de guerra, por lo
general lleva el nombre del búfalo o del oso, del relámpago o de alguna fuerza
natural temida. Otro de naturaleza más pacífica tendría un nombre de la parte
menos salvaje de la naturaleza. El nombre de una mujer por lo general sugería
algo en relación al hogar, a menudo con el adjetivo guapa, una terminación
femenina. Los nombres de cualquier dignidad o importancia deben ser conferidos
por los ancianos, y especialmente si tienen significado espiritual, tales
nombres a veces eran portados por tres generaciones, pero cada individuo debía
probar que lo merecía.
§ La Guerra:
Nunca había
deseo por el engrandecimiento territorial o el derrocamiento de una nación
hermana. El hombre que mataba a otro en batalla tenía que guardar luto durante
treinta días, pintando su cara de negro y soltándose el cabello, según la
costumbre. Por supuesto que él no consideraba pecado el arrebatar la vida de un
enemigo, y este luto ceremonial era en señal de reverencia por el espíritu
difunto. Las crueldades injustificables y las costumbres más bárbaras de guerra
se intensificaron de manera considerable con la llegada del hombre blanco,
encendiendo las peores pasiones del indio, provocando en él sentimientos de
venganza y codicia. El asesinato dentro de la tribu era una ofensa grave, y a
menudo sucedía que el asesino fuese convocado a pagar la pena con su propia
vida.
En el año 2007, se produjo una sorprendente
noticia en la que se afirmaba que los indígenas americanos de la tribu de los Lakota (el verdadero nombre de los
Sioux), habían roto los tratados que firmaron hace 150 años con los Estados
Unidos. El
país recién establecido, y que incluye partes de Nebraska, Wyoming, Montana y
las dos Dakotas, acogería a todos aquellos que quieran renegar de la ciudadanía
estadounidense.
Caballo Appaloosa |
Actualmente nadie consigue imaginar la vida de los
indios sin sus caballos, recorriendo las extensas llanuras de Norteamérica, caballos
pintos de los que los de la raza Appaloosa pueden ser sus descendientes.
La historia contempla, que los primeros caballos
moteados vinieron de la mano de los nuevos conquistadores españoles al
continente americano, en el año 1600. Pero
no fue hasta el 1800 y mediante
los robos de caballos a los asentamientos españoles o como trofeos tras las
batallas y la captura de caballos en libertad en los estados de Oregón, Idaho y Washington , que una de las tribus que
vivían como nómadas en estos estados, los Nez Percé, empezaron a seleccionar a aquellos caballos que caían
en sus manos y actuaron como criadores de los de capa moteada por su
originalidad en el colorido, siendo su líder al gran jefe Joseph que luchó
durante largo tiempo con las tropas blancas americanas. Esta tribu valoraba
su riqueza según el número de caballos poseídos y por ese motivo, los Nez Percé, desarrollaron una línea de
caballo de silla, de capa moteada, ágil, veloz y con gran capacidad de
resistencia. Para comerciar con estos caballos llegaban hasta la actual Dakota
del Sur entablando relaciones comerciales con las tribus más ricas de esas
zonas. En 1871 esta tribu es derrotada por las tropas de USA y tienen que huir
a Canadá, quedando gran parte de sus posesiones en manos de dichas tropas y,
entre estos bienes, los caballos moteados. Estos caballos no eran bien vistos
por el hombre blanco por ser “caballos
de los indios”, así que los sementales apresados fueron castrados y tan solo sobrevivieron
aquellos que quedaron en libertad tras haber huido del combate.
Caballo Appaloosa Leopardo |
Los hombres
blancos llamaron a este caballo "a
Palouse Horse" dado que se criaron cerca de un río en esa
región llamado Palouse, pero más tarde, todos conocieron al caballo
moteado como Appaloosa.
Las características más notables de esta raza, son sin
duda, su capa de color moteado, su esclerótica blanca y muy visible, la piel
moteada alrededor de sus genitales, ojos y nariz, cascos normalmente pequeños y
rayados, cola y crin poco espesa, de cuerpo atlético y resistente.
Según sus
manchas se les denomina de la siguiente forma:
- Blanket : Grupa blanca con manchas con moteado.
- Snowcup : Grupa blanca sin moteado
- Leopardo: Blanco con mucho moteado o prácticamente blanco con poco moteado.
- Nevado: Moteado de blanco por todo el cuerpo
- Mármol: Pelo blanco difuminado por todo el cuerpo. (Color grisáceo)
En la actualidad el Appaloosa tiene un reconocimiento internacional como raza,
contando con más de medio millón de ejemplares. En cuanto a su temperamento
deberíamos destacar su nobleza e inteligencia. Su altura a la cruz oscila entre el 1'50 cm y
el 1'63 cm, teniendo talla más pequeña los Appaloosa de línea Quater y
más altos y de cascos más grandes, los de línea s fundation, que son más similares a los creados por los nativos Nez Percé.
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