domingo, 22 de julio de 2012

Gandalf y Sombragris



Gadalf y Sombragrís
Gandalf o Mithrandir es un personaje de ficción creado por J.R. Tolkien, que entra a formar parte de forma sobresaliente en el universo literario de duendes, hadas, magos … de tal forma que si preguntamos por el nombre de alguno  de estos míticos seres, el nombre de Gandalf será de los más recordados junto con el de Merlín. Y esto sucede porque, aunque es un personaje creado en el siglo XX, tras la trilogía del Señor de los Anillos, se ha hecho célebre mundialmente.
J.J.R. Tolkien


Gandalf, según Tolkien, es un semidiós que en Aman, su tierra natal, era conocido por el nombre de Olórin. Allí aprendió la piedad y la paciencia como base de la sabiduría. Es uno de los espíritus Maia enviados a la Tierra Media durante la Tercera Edad para ayudar a sus habitantes: hombres, enanos, elfos, en la lucha contra el Señor Oscuro, Sauron.  En la Tierra Media adoptó el papel de Istari o mago con el aspecto de un anciano de larga barba de color blanca grisácea, vestido con una gran capa gris, un sombrero puntiagudo de color azul y un gran cayado. Vivía sin residencia fija, pero casi siempre por las tierras del Oeste. Era recibido por los elfos con amor y respeto, lo reconocían como a uno de los suyos, mientras los hombres eran más ambivalentes, manifestando miedo e incluso hostilidad abierta en algunos casos.
Gandalf

Era el más sabio de la orden de los Istari, rivalizando con Saruman, el líder de la Orden. Tanto es así, que cuando llegó a los Puertos Grises procedente de Aman, Cirdan, elfo de la realeza con capacidad de ver presagios y acontecimientos relevantes, se dio cuenta que, aunque parecía el menos importante, es el que tenía mayor poder y altura espiritual y fue a él al que le entregó el Anillo del Fuego, Narya, uno de los anillos de poder, "Tres Anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo", para que reanimara los corazones de los habitantes de la Tierra Media y pudieran hacer frente al poder maligno al que se enfrentaban.
Todo mago siempre lleva su vara o cayado mágico y el de Galdalf tiene una gran importancia en el desarrollo de la historia, pero además siempre lleva consigo una espada mágica que brilla en la presencia del enemigo. La espada fue forjada por los antiguos elfos y está grabada con runas en élfico que dicen que fue forjada para Turgon, el rey de Gondolin. Posee una inscripción rúnica en la guarda, en idioma sindarin.
Espada y cayado
En el principio de sus viajes muchos pensaron que se trataba de un elfo dada la magia que utilizaba y le llamaron Elfo del Bastón (Gandalf). Aunque muy pronto quedó claro que no se trataba de un elfo, pues envejecía cuando los elfos no, el nombre perduró y se extendió entre quienes no conocían su significado original. Aunque también quedó claro que no se trataba de un hombre, pues no moría.
Su intervención es fundamental en El Hobbit para que Bilbo viaje, acompañado de los trece enanos a la Montaña Solitaria y, a partir de ahí, se desarrolla toda la historia del Anillo Mágico. Ya en El Señor de los Anillos, Gandalf es la pieza fundamental para el descubrimiento del anillo y la conformación de la Comunidad del Anillo. Sin embargo, su lucha en Moria contra el Balrog casi acaba con su vida. Sin embargo, consigue volver como Gandalf el Blanco y mucho más poderoso. A partir de este momento Gandalf se encarga de unir a los pueblos de los hombres libres que aún no habían caído bajo el poder oscuro de Sauron. El cambio de color es significativo pues su destino es remplazar a Saruman tras la alianza de éste con Sauron. En cierto sentido Gandalf el Blanco es Saruman, pero como éste debió haber sido. Tras la Guerra del Anillo, cabalgó con los demás Portadores de los Anillos a Mithlond y allí, a bordo de un barco élfico, regresó con ellos al Reino Bendecido.
El Judío Errante
Tolkien dio el nombre de Gandalf a su personaje a partir del "Catálogo de Enanos" del poema Völuspá, el principal poema de la mitología nórdica. El nombre podría significar "elfo del bastón" o "elfo errante". Muchos de los atributos de Gandalf parecen derivarse del dios nórdico Odín en su encarnación como "Viajero", un hombre viejo, con un solo ojo, una larga barba, un sombrero ancho y un prominente bastón de caminante. También se basó en Merlín de las leyendas artúricas. Pero el primer encuentro con el personaje se estableció tras su visita a los Alpes y conocer la leyenda y ver una postal del “Judío Errante” que era caracterizado por un anciano con larga barba, cayado y vagando eternamente por la tierra. Aunque Tolkien también bebió del personaje del bardo Vainamoinen, una las figuras centrales del Kalevala, la epopeya nacional finlandesa, cuyo idioma llegó a dominar y el cual le sirvió para inventar su quenya o alto élfico.
El nombre de Gandalf va unido a un caballo, Sombragrís. Según se dice en El Señor de los Anillos, Sombragrís brillaba como la plata y corría ligero como una corriente rápida. Caben destacar su enorme inteligencia, lealtad y, ante todo, velocidad y resistencia y la capacidad de entender el lenguaje de los hombres. Es un caballo de la raza de los mearas, por lo que no aceptaba monturas ni riendas, y había que montarlo "a la usanza élfica", si él aceptaba llevarte.
Una vez finalizada la Guerra del Anillo, el 21 de septiembre de 3021 de la Tercera Edad Gandalf emprende su camino de vuelta hacia el Oeste. Junto a él partieron desde Los Puertos Grises Galadriel, Elrond, Frodo, Bilbo, … Y con él también partió Sombragrís, quien se había convertido en su amigo para siempre.

Sombragrís
Los mearas eran una raza de caballos que solo eran montados por los reyes de Rohan. Eran más veloces, fuertes, resistentes, inteligentes y longevos que los caballos comunes, llegando a vivir tanto como los humanos. Los jinetes de Rohan cuidaban a sus caballos tanto como a ellos mismos. Descienden de un caballo legendario Felaróf, que fue domado por Eorl, el joven, desde entonces sólo han podido ser montados por sus descendientes, salvo en el caso de Gandalf. Se creen descendientes de Nahar, el caballo del vala Oromë. 
Caballo Pura Raza Española
Nahar es un caballo blanco que puede sentir el mal a leguas de distancia. "(...)Sus cascos son de una plata más dura que cualquier acero, que golpean a los enemigos malignos como los martillos de Aule". Aunque puede hablar, casi nunca lo hace y algunas veces se empareja con  yeguas mortales y estos descendientes suyos son los mearas y los caballos de los elfos. El relincho de Nahar es como el sonido de una poderosa trompeta y su voz inspira terror a todos los seres malignos y coraje a aquellos que pertenecen al Bien. 
En la película Sombragrís es interpretado por dos caballos diferentes, ambos de Pura Raza Española, llamados Blanco y Domero. El primero es el que aparece en la mayor parte del metraje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario