domingo, 27 de enero de 2013

Jaime I, El Conquistador


Estatua ecuestre de Jaime I en Valencia
Reino de Aragón

Jaime I nació en Montpellier el 2 de febrero de 1208. Fue rey de Aragón y Conde de Barcelona, de Valencia y de Mallorca, señor de Montpellier y de otros feudos en Occitania.
Era hijo de Pedro el Católico y de María de Montpellier, aunque fue toda una operación de estrategias e intrigas palaciegas que esto sucediera,  ya que el rey no quería tratos con la reina,  incluso,  estaba pensando en repudiarla. Pero sucedió que el rey perdió el seso por una moza de Montpellier a la que galanteaba para conseguir sus favores. Los caballeros de la ciudad que conocían la aversión que  rey sentía por la reina y, ante la falta de un heredero, propusieron a un valido del monarca, seguramente Guillén de Alcalá, el cual se había especializado en allanarle el camino al rey para conseguir a todas las damas de las que el monarca se encaprichaba, una insólita propuesta que se llevó a cabo  al tiempo que se ofrecían misas y rogativas en Santa María de Vallvert y en Santa María de les Taules, y que se ordenara que vecinos que velasen diciendo oraciones, y que ayunaran a pan y agua "mentre la regina sería ab lo senyor rey".
El Plan consistía en hacer pasar a la reina por la enamorada del rey para que éste yaciera con ella. Un plan en principio fácil, salvo por la cantidad de requerimientos que una consumación real necesitaba. Así  la noche de autos, fueron en silencio ante la recámara donde yacía el rey, nobles, notarios, abades, damas y doncellas con los cirios correspondientes y permanecieron arrodillados todos en la puerta de la  antecámara regia mientras, dentro, la reina cumplía el resto del programa.

María de Montpeliier
''Angustiada está la reina,
y no sin mucha razón,
porque su marido el rey
don Pedro, rey de Aragón,
no hacía caso de ella
más que si fuera varón,
ni le pagaba la deuda
que tenía obligación;
antes con muchas mujeres
era su delectación..."

 Debió ser un hecho muy comentado y cantado en coplas legendarias. Todavía Lope de Vega tomó el tema para una de sus comedias, en la que pondera "el justo y piadoso trueco", y el romance pudo concluir felizmente:

Concepción del rey Jaime I
"En fin, que la reina hizo
entonces buena oración,
que de la burla, preñada
quedó de un lindo garzón,
el cual nacido, don Jaime
se llama, y dio bendición,
éste fue rey tan nombrado,
rey don Jaime de Aragón;
éste ganó a Valencia,

Mallorca y su población".

Jaime I
Tal enfado tuvo el rey por esta burla que repudió a la reina y no consistió conocer a su hijo hasta que este tuvo dos años. A esa edad, el rey hizo un pacto matrimonial para entregar a su hijo Jaime a la tutela de  Simón de Montfort, y casarlo con la hija de éste, para lo cual el niño iba a ser recluido en el  castillo de Carcasona hasta cumplir los 18 años.  Sin embargo la suerte de Jaime cambió pronto ya que,  cuando contaba con cuatro años, su padre murió en la batalla de Muret. Simón de Montfort se resistió a entregar a Jaime a los aragoneses que querían hacerlo rey. Este tira y afloja duró hasta que, después de un año de reclamaciones, el duque tuvo que ceder por mandato del papa Inocencio III. Durante su minoría de edad, Jaime, estuvo bajo la tutela de los  caballeros templarios en el castillo de Monzón.
Huérfano de padre y madre, tenía unos 6 años cuando fue jurado en las Cortes de Lérida. Se celebraron por primera vez unas Cortes generales de aragoneses y catalanes,  y en ellas, Jaime fue declarado mayor de edad.
En febrero de 1221 se desposó con Leonor de Castilla, hermana de Doña Berenguela y tía de Fernando III de Castilla, pero el matrimonio fue anulado por razón de parentesco. Contrajo un segundo matrimonio con la princesa Violante, hija de Andrés II, rey de Hungría  el 8 de septiembre de 1235.
Durante los quince primeros años de su reinado, mantuvo diversas luchas contra la nobleza aragonesa que incluso llegó a hacerle prisionero en 1224. La firma de la concordia de Alcalá  en marzo de 1227 marcó el triunfo de la monarquía sobre los levantiscos nobles, dándole la estabilidad necesaria para iniciar las campañas contra los musulmanes. Esta estabilidad logró el apaciguamiento de las reclamaciones de la nobleza.

Miniatura de Jaime I rocando el arpa
A partir de ese momento se dedicó a la conquista de las tierras de Levante. El monarca estableció un protectorado sobre Menorca, rubricado por el tratado de Capdepera, en 1231, por el cual los sarracenos menorquines aceptaron su soberanía. Por último, cedió la sumisión de Ibiza a la alta aristocracia catalana, que la hizo efectiva en 1235.
Dominadas las Baleares, Jaime I asumió en 1232 la dirección de la conquista de Valencia. Tanto en Mallorca como en Valencia, Jaime I, decidió crear reinos autónomos, pero integrados en la Corona de Aragón. Los últimos años de vida de Jaime I fueron amargos, ya que, por una parte, asistió al fracaso de sus dos tentativas de realizar una cruzada en Tierra Santa (1269 y 1274) y, por otra, tuvo que hacer frente a la rebelión de su primogénito, el infante Pedro, y a los desórdenes feudales acaudillados por su hijo bastardo Fernando Sanchís de Castro.
Es conocido con el nombre de “El Conquistador”, aunque  no solo por las conquistas territoriales sino también por la frenética conquista de mujeres, que a medida que se hacía mayor iba en aumento,  tanto que, incluso, dejaba las campañas  por conquistar  a más de una dama.
La reina Violante
Parece ser que físicamente era muy apuesto, y gallardo. Rubio y con ojos entre azul y verde. Medía 1,80 centímetros. Dicen las crónicas que les pasaba un palmo a todos los demás. Si a esto le añadimos que  era un gran seductor, se puede entender su historia sentimental.  A las mujeres las manipuló, a todas, a sus esposas y a sus amantes pues, aparte de saciar sus apetitos las usaba  para sus fines políticos. Se casó a los 13 años con una mujer de 18 de la que se separó por cuestión de parentesco. Cuando Jaume I quería deshacerse de alguna esposa tenía que lograr el permiso del Papa y para ello y compensar sus devaneos amorosos, llegó incluso a promover algunas cruzadas. Y todo para ganarse el perdón porque sabía que estaba en pecado mortal y temía el castigo divino. Era un mujeriego empedernido, lo llevaba en la sangre en eso era igual que su padre. Tuvo 14 hijos, aunque se le atribuyen muchos más. A su manera, fue un buen padre y un hombre generoso.
Algunos lo consideran un hombre culto e inteligente y para apoyar esta afirmación alegan que Jaime I impulsó la expansión comercial catalana por el Mediterráneo, protegió a los judíos, organizó el Consell de Cent o gobierno municipal de Barcelona, promovió la redacción del Libro del Consulado de Mar, una compilación de derecho marítimo. El mismo escribió o dictó una autobiografía conocida como Llibre dels feyts, aunque no sabía apenas leer y menos escribir.
Los sesenta y ocho años siguen siendo sorprendentes cuando se compara con los promedios de longevidad humana del siglo XIII. Todos los testimonios indican que murió de cansancio, de agotamiento, "de puro viejo", tras una vida muy ajetreada en todos los sentidos. Murió en Valencia, el 27 de julio de 1276; y quizá lo sea más correcto sea decir que murió como vivió, en el camino. Todo indica que salió de Alzira enfermo, hacia Valencia, y falleció en algún lugar del trayecto. 

Conquista de Mallorca
Más allá de su gran afición a las mujeres, que le proporcionó cuatro esposas, al menos seis amantes y concubinas y sus numerosos hijos, de este monarca llama especialmente la atención su infatigable capacidad de acción. Porque guerreó una y otra vez, de forma casi continuada, y se movió sin parar por todos sus reinos. Sus largos años de vida llaman mucho la atención si consideramos su tipo de vida, que fue un perpetuo desplazamiento de una a otra ciudad, de una a otra empresa, batalla, negociación, aventura o asedio. Se han llegado a estudiar años completos de la vida del monarca, día por día, para reconstruir sus itinerarios; y se ha concluido que se movía más que muchos ejecutivos modernos. Si viajar, en aquellos tiempos, requería un esfuerzo durísimo, las condiciones de la vida común eran de alto riesgo incluso para un rey: la mala calidad de las aguas y las comidas, los dudosos albergues disponibles y los peligrosos parajes que se recorrían hablan de riesgos graves, sobre todo de enfermedades e infecciones, que la buena salud del rey llegó a conjurar. Se sabe por su Crónica que recibió un flechazo en la frente durante el asedio a Valencia y que eso le tuvo muy maltrecho: la contusión de la herida afectó a todo el rostro durante días. Solamente una infección le podía haber llevado a la tumba en un par de jornadas. Pero sobrevivió. En ocasiones, sin embargo, habló de no poder abrir los párpados a causa de las afecciones oculares que padecía.

Detalle de la espada del rey
El 21 de julio, el rey, sintiéndose enfermo, reunió "numerosa asamblea de prelados, nobles y caballeros, ante los cuales dirigió sus últimas recomendaciones al infante don Pedro". El primero de los consejos que el infante recibió fue que amase y ayudase a su hermano el infante Jaime y que trabajara para que "ni traidores ni aduladores pudieran sembrar entre ellos la discordia". Consejos sobre la equidad, la justicia y el amor a los súbditos fueron jalonando las últimas horas del rey, que exigió a su hijo, tras entregarle la espada, que volviera a las montañas donde anidaban los musulmanes rebeldes para someterlos y pacificar el reino de forma definitiva.
La entrega de la espada a su hijo don Pedro,según los cronistas, está en consonancia con la figura del monarca: "Tomad y llevad dignamente este hierro, con el cual, sostenido por el brazo de Dios, he salido vencedor de todos mis enemigos", dijo el rey en ese momento sublime.
Abdicó, se hizo monje blanco del Cister y se puso en camino en un día de gran calor. Sus momentos finales lo describen los cronistas rodeado de sus familiares en plena posesión de sus facultades mentales. "Les recomendó a todos a Dios, cruzó sus manos sobre el pecho, y dijo la oración que nuestro Señor verdadero Dios pronunció sobre la cruz, y apenas terminaba esa oración, su alma se desprendió de su cuerpo, y alcanzó el santo Paraíso".
Cuando fue conocida la muerte del rey. "Iban todos gimiendo y llorando: y bien podemos decir del gran rey, que fue glorioso antes de nacer, que en su vida lo fue también, y en su muerte aún más"

El cadáver del rey quedó depositado provisionalmente en la Catedral de Valencia, delante del altar mayor. Mientras la rebelión abierta en las montañas alicantinas no estuvo resuelta,  y una vez resuelta, se procedió al traslado de los restos hasta su destino final en el monasterio de Poblet.
Sepulcro Jaime I en monasterio de Poblet
Los solemnes funerales reales, el entierro en el monasterio, se produjo finalmente dos años después, en 1278. "Nunca se vio tan considerable muchedumbre asistir al entierro de un señor, cualquiera que fuese", escribió conmovido el cronista Muntaner, vecino de su alquería de Xirivella pero presente, en Poblet, en las solemnes exequias por el monarca.
Los cistercienses de Poblet son los guardianes de los restos de todos los reyes catalano-aragoneses, desde Alfonso I, abuelo de Jaime I. Pero su descanso no ha sido siempre en paz. Durante la desamortización de inicios del siglo XIX, el monasterio quedó abandonado y sufrió saqueos y las tumbas fueron profanadas. Jaime I fue uno de los más perjudicados, pues sus restos, quedaron mezclados con otros. Años después durante la república, los restos esparcidos fueron recogidos y depositados en cajas de nogal y algunos fueron trasladados  Tarragona y, más tarde,  reintegrados a Poblet en 1952. Cuando se abrió el féretro de Jaime I, se vio que allí había dos cráneos y al no saber cual pertenecía al rey, se optó por enterrar los dos juntos, en donde siguen hasta hoy, pues aún no se ha conseguido la autorización para investigar.
Tras la muerte vendría la leyenda. Y el deseo de beatificar el rey don Jaime, más allá de sus dos excomuniones y de las fricciones con el Papado por su incesante actividad matrimonial y de pareja. Se ha dicho que esta fue una época de reyes que alcanzaron la santidad: Fernado III de Castilla es santo, Luis de Francia también está en los altares.
El Libre dels Feyts del Rei
El Libre dels Feyts del Rei (el libro de los hechos del rey) es la primera de las denominadas cuatro grandes crónicas de la Corona de Aragón. El conquistador fue muy explícito al expresar la finalidad de sus «memorias»: es para que los hombres conozcan, cuando ya hayamos pasado de la vida mortal, lo que nosotros hemos hecho [...] y para dar ejemplo a todos los otros hombres del mundo. Puede dividirse en cuatro partes:
_ Entre 1208 y 1228: se explican un conjunto de pequeños conflictos que tuvieron lugar durante sus primeros años y juventud:  el engendramiento casi milagroso de Jaime I; la muerte de Pedro II de Aragón en Muret; su formación con los templarios y la boda de Jaime con Leonor de Castilla entre otros.
_ De 1229 a 1240: es la parte más dinámica. Narra la conquista de Mallorca. La primera fase en la expansión de la Corona de Aragón. Posteriormente llegaría la conquista de Valencia. En el libro se intenta demostrar que todos estos hechos pudieron ser llevados a cabo por el rey gracias a que contaba con el favor divino.
_ De 1240 a 1265: los hechos narrados son menos dinámicos. Narra los conflictos con los sarracenos rebeldes de Valencia.
_ De 1265 a 1276: Se vuelve al dinamismo y las conquistas bélicas, de nuevo contra los sarracenos. Tiene lugar la conquista de Murcia. Además, se interna en numerosos episodios de política interna para  justificar sus actos.
Los últimos capítulos, que narran la enfermedad que llevó a la muerte de Jaime I. Seguramente fueron redactados por algún cronista que quiso incorporar la muerte del monarca a la crónica.
A partir de este manuscrito encontraremos los tres pilares de su política:
-Religiosidad que le hizo ser abanderado de la cruz en tiempo de guerra como cruzado y el primer devoto de la Virgen Santa María;
-Belicosidad, como primer caballero de Aragón y jefe de sus huestes en el campo de batalla, adalid de la cristiandad en el Mediterráneo y sudeste peninsular.
-Estrategia en sus negociaciones con los señores y jefes aliados, rivales o vencidos; modelo de actuación que le va a permitir crear un reino de nuevo cuño con una ley propia.
Un hecho curioso que se desprende de este libro es el episodio del Eclipse.
El Rey finaliza el capitulo 289 del "Llibre dels fets":
"…E per tal que sàpia hom quan fo presa València, fo la vespra de sent Miquel, e l`any de MCCXXXIX." "….. Y para que todos sepan cuando fue conquistada Valencia, fue la víspera de san Miguel del año de 1239."
Mas adelante en el capitulo 305 escribe: "E, en aquell temps que nós estavem a Montpestller venc-nos aquí lo comte de Tolosa, e el comte de Proença, e haguem grans corts d´hòmens honrarts d`aquells terres que ens venien veer. E açò fo un any aprés la presó de València. E entram en Montpestller el dijous: e el divenres, entre mig jorn e hora nona, fo eclipsis major que anc hom vis de memòria d`aquells hòmens que ara són, car tot lo sol cobri la lluna, e podia hom veer bé set esteles en lo cel. E,….."
"Mientras estábamos en Montpellier nos visitaron el conde de Tolosa y el conde de Provenza, así como tuvimos importantes reuniones con personajes notables de aquellas tierras que venían a vernos. Esto ocurrió el año siguiente de la toma de Valencia.
Entramos en Montpellier un jueves y el viernes, entre el mediodía y la hora de nona, hubo el eclipse más grande que jamás se haya visto; los hombres que todavía viven lo recuerdan, puesto que la luna cubrió todo el sol y se podían ver claramente siete estrellas en el cielo.
Aquí dice que en estas fechas se produjo un importante eclipse, pero dicho eclipse se produjo en había ocurrido el viernes tres de junio de 1239. De lo que se deduce que es incorrecto el que un año antes, la víspera de san Miguel del año de 1239 se conquistara Valencia. Debiendo acontecer este hecho en 1238.
Todas las campañas bélicas y todos los desplazamientos del rey Jaime no hubieran sido posible sin los caballos. Caballos que para los musulmanes hispanos contra los que luchaba, tenían un significado poético, casi divino, como muestra esta leyenda.

LA LEYENDA BEDUINA DE LA CREACION DEL CABALLO

Dios recorría el mundo después de la creación cuando al pasar por el desierto escuchó los gritos y el llanto de un beduino.
Al preguntarle porque lloraba, el árabe le respondió:
Vi las riquezas que los otros pueblos ganaron y para mí solo me diste arenas.
Dios percibió que no había sido justo en la distribución de los bienes de la tierra, y le dijo:
_ No llores más, te voy a compensar dándote un regalo que no le di a ningún pueblo.
Caballo árabe
Y tomando con la mano derecha al viento del sur que pasaba, dijo:
¡Plásmate, viento del sur! Voy a hacer de ti una nueva criatura.
Serás mi regalo y el símbolo de amor a mi pueblo. Para que seas único y que nunca te confundan con las bestias, tendrás: La mirada del águila, el coraje del león y la velocidad de la pantera. Del elefante te doy la memoria, del tigre la fuerza, de la gacela la elegancia.
Tus cascos tendrán la dureza del sílice y tu pelo la suavidad del plumaje de la paloma. Saltarás más que el gamo, y tendrás del lobo el faro. Serán tuyos los ojos del leopardo por la noche, y te orientarás como el halcón, que siempre vuelve a su origen. Serás incansable como el camello, y tendrás del perro el amor a su dueño.
Y finalmente, caballo, como un regalo mío al hacerte caballo y hacerte árabe, te doy para que seas único: La belleza de la Reina y la majestad del Rey.
Dios le dijo al Viento del Sur:
"Conviérte en sólida carne porque quiero hacer de ti una nueva criatura, para que me honre y humille a mis enemigos
y para que sirva a aquellos que estén bajo mi potestad". Y el viento del Sur respondió:
Caballo árabe
"Hágase según tu voluntad tu deseo"
Entonces Dios tomó un puñado de viento y sopló creando el caballo y diciendo:
"Te llamarás árabe y la virtud inundará el pelo de tus crines y tu grupa. Serás mi preferido entre todos los animales porque te he hecho amo
y amigo. Te he conferido el poder de volar sin alas, ya sea en el ataque o en la retirada. Sentaré a los hombres en tu grupa y rezarán, me honorificarán y cantarán aleluyas en mi nombre...ahora ve! y vive en el desierto cuarenta días y cuarenta noches... sacrifícate y aprende a resistir la tentación del agua, broncea el color de tu cuerpo y aligera tus músculos de grasa...porque del viento vienes y viento debes ser en la carrera"

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